La nueva ley de control horario de los trabajadores introduce nuevas exigencias para las empresas, reforzando la obligatoriedad del registro de jornada laboral.
Este sistema, que lleva vigente en España desde mayo de 2019, obliga a todas las empresas, independientemente de su tamaño o sector, a registrar las horas de entrada y salida de sus empleados, salvo en contadas excepciones.
Para cumplir con la normativa, el registro debe ser individual, incluir datos identificativos de la empresa y del trabajador, detallar la fecha y las horas exactas de inicio y fin de la jornada, y mantenerse archivado durante al menos cuatro años. Además, debe estar a disposición de los empleados, sus representantes e Inspección de Trabajo, garantizando el cumplimiento de las regulaciones laborales sobre jornada y descansos.
El Real Decreto-ley 8/2019 estableció esta obligación en el artículo 34.9 del Estatuto de los Trabajadores, asegurando que cada empresa lleve un control diario del horario laboral. Recientemente, se han implementado cambios importantes, como la prohibición del fichaje biométrico en 2023 y la inminente exigencia de que el registro horario sea exclusivamente digital, lo que implica la necesidad de soluciones informáticas especializadas.
El nuevo requisito digital busca facilitar el acceso a la información por parte de la Inspección de Trabajo, permitiendo consultas en tiempo real para detectar posibles irregularidades. Esta medida se enmarca dentro del plan del Gobierno para la reducción de la jornada laboral, cuya normativa se aprobó en Consejo de Ministros el 4 de febrero de 2025 y está pendiente de ratificación en el Congreso. Se espera que entre en vigor antes de finalizar el año, alineándose con los compromisos del actual Ejecutivo.
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