Nuestro país supera a la mayoría de países europeos en el uso de programas de gestión empresarial. Mientras un 32% de las empresas usan un software ERP solo el 26% de las europeas lo hacen. Esto es una tendencia que ha crecido especialmente en los últimos años tras imponerse la necesidad de este tipo de tecnología por parte de los departamentos de informática de medianas y grandes empresas.
Ni siquiera la crisis ha paralizado esta creciente apuesta por los ERP, al contrario, ha contribuido por su inmenso valor como motor de ahorro de costes, mejora de la rentabilidad y optimización de recursos.
Si bien los ERP son más comunes entre las empresas más grandes, debido a su necesidad de organizar un gran volumen de ventas y una actividad más diversificada y compleja, los ERP se hacen cada vez más accesibles y adaptables a cualquier tipo de negocio.
Por otro lado el desarrollo de ERP ha avanzado tanto que ahora son capaces de mejorar drásticamente factores centrales como la comunicación entre departamentos, centralización y acceso a información, control en todos los procesos de producción y logística y, por supuesto, reducción de costes y rendimiento.