SWIFT es el acrónimo de las palabras en inglés Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, que se creó para la gestión de telecomunicaciones financieras interbancarias mundiales.
Para tenerlo más claro, SWIFT es un sistema de mensajería financiera que conecta a países y sus bancos, moviendo información bancaria entre ellos, es decir, un sistema de datos compartidos y una red de comunicación global.
Desarrollado en la década de los 70 y con sede en Bélgica opera en más de 200 países, su objetivo no es solo el movimiento de divisas sino de datos, a través de una plataforma de mensajería que los bancos utilizan para pagos fronterizos, transiciones, inversiones, comercio exterior, remesas, cheques, tan importante en cada economía y que mueve billones de datos diarios.
Si hablamos en datos, SWIFT gestiona más de 10 millones de mensajes al día entre unas 9000 instituciones financieras, además de ser 24 horas al día y los 7 días de la semana.
Los participantes en SWIFT son:
- Ordenante
- Banco emisor
- Banco corresponsal
- Banco pagador
- Beneficiario
El ordenante es el pagador que solicita a su banco la realización de transferencia, el banco emisor realiza la transacción y emite la misma a través de SWIFT, el banco corresponsal aparece si la gestión se realiza en una divisa distinta del país emisor, el banco pagador es el beneficiario del pago y receptor, y por último, el beneficiario o cobrador que recibe los fondos.
La red SWIFT es altamente segura debido a su sistema de codificación, además de automatizado y rápido. Gracias a la estandarización, la comunicación es totalmente fiable y los costes son muy bajos.