Es el pensamiento de muchos empresarios hoy en día. El avance en desarrollo de este tipo de programas de gestión hace que miles de empresas vayan a optar en los próximos años por un cambio en su proveedor de software. El desencadenante de esta necesidad de cambio radica principalmente en dos premisas: la mejora de la gestión de datos y la búsqueda de funcionalidades más específicas.
El primer caso se sitúa desde la consideración que valora un software ERP por su capacidad básica de archivar y manejar datos. Partimos en este caso de una visión ya obsoleta dado que un software ERP profesional es capaz de hacer mucho más que eso. También sugiere una limitación que los programas de gestión adaptables ya no poseen. Hoy en día, el enfoque operativo de una empresa ya no responde únicamente a la gestión de productos y tareas sino que se extiende a un sistema que incluye objetivos basado en cumplir con nuestros clientes.
El segundo caso, que establece la necesidad de funciones más específicas, alude un concepto que nos acerca a una visión de futuro: el concepto de adaptabilidad, que sugiere una constante tendencia hacia la innovación.
En Distrito K defendemos un software de gestión que se adapta a cada caso y que se basa en integrarse dentro de la estructura interna de la empresa en base a necesidades presentes y futuras de cada caso.
¿Por qué cambiar de programa de gestión?
El tremendo cambio tecnológico de nuestro tiempo ha propiciado un cambio en la manera en que las empresas operan. Hoy hablamos de acceso y fluidez de información, de eficiencia y mejora continúa y de evolución en las líneas de negocio. Todo este clima favorece la inclinación de muchas empresas por innovar y por introducir programas de gestión que evolucionen con ellas y que sean lo suficientemente dinámicos y versátiles como para afrontar cualquier cambio de rumbo, aumento de volumen o cambio estructural o estratégico. Algunos software ERP ya no son lo que eran, han entendido esta realidad y se han adaptado para responder y ser efectivos en cualquier situación. Ya no son herramientas limitadas y unidireccionales, sino que son capaces de sincronizarse con todo tipo de actividades y cubrir la gestión de múltiples procesos en todos los departamentos de nuestra empresa.
Si su software ERP no responde ante estas premisas quizá es el momento de dar el salto.