Muchas empresas están optando cada vez más por externalizar servicios como una manera de ajustar costes y ahorrar en recursos. Lo que muchos no saben es que también supone una oportunidad para aportar valor a nuestra actividad.
- Los servicios estrella
Entre los servicios más comunes que la mayoría de empresas dejan en manos de terceros se encuentran recursos humanos, software, contabilidad, internet o transporte. Sin embargo crecen cada día recursos como diseño, marketing, programación, redes sociales o asesorías que pueden responder de manera eficiente a necesidades puntuales.
- Puntos decisivos
Centrarse en buscar servicios que añadan valor y no solo ahorro. Mucha decisiones se toman en base al recorte de gasto y no en la oportunidad de ingresos.
Definir necesidades y ajustar su elección a esta.
Complementar sus capacidades para fortalecer su propio servicio o producto.
Valorar la flexibilidad determina una relación a largo plazo.
- Socios, adquisiciónes o colaboraciones
Hay muchas maneras de definir este tipo de relaciones. Incluir un socio es la opción más drástica pero también suele venir determinada por un vínculo necesario y con futuro para ambas partes. Muchas veces nuestra mejor opción es hacerse con servicios menores y más focalizados que son capaces de entrar a formar parte de la estructura de nuestra actividad. Para proyectos más puntuales y esporádicos los acuerdos de colaboración pueden ser una opción apropiada.
- Ventajas
Si sabemos establecer un objetivo claro, definir una necesidades y establecer las relaciones adecuadas las posibilidades de mejora de nuestra actividad crecen. Su producto o servicio se ve reforzado así como nuestra capacidad de atención al cliente. Siempre es mejor delegar en aquellos que saben hacer las cosas mejor que nosotros, lo que aumenta nuestra eficacia a todos los niveles. Si nuestros servicios externos funcionan, nos permitirá centrar nuestra atención en el motor de nuestra empresa y disponer de tiempo para mejorar debilidades y crecer.
