A menudo escuchamos el término cliente-servidor y más en referencia a sistemas de gestión y ERP.
La arquitectura cliente-servidor es un tipo de desarrollo de software, en el que las diferentes labores se racionan entre los recursos, como son los servidores y los demandantes que son los clientes. Es el cliente quien solicita la petición al programa y el servidor da respuesta.
Sus particularidades principales son que el cliente comienza las solicitudes o peticiones, por lo que tiene un papel activo en la comunicación. Además, espera y recibe la respuesta del servidor y puede conectarse desde varios servidores, es habitual que trabaje a través de una interfaz gráfica.
El receptor es el servidor, sus características son que al iniciarse espera a que lleguen las peticiones de los clientes, es un papel pasivo en la comunicación, luego lo procesa y envía respuesta, además está preparado para un gran número de conexiones de clientes.
El software de Distrito K, gracias a su arquitectura clientes-servidor, nos permite poder trabajar en entornos multiusuario, existiendo un equipo en red local que almacena datos para los demás llamado servidor, realizando consultas y devolviendo respuestas a través de un motor de base de datos SQL, totalmente integrado y sin necesidad de ningún tipo de actuación por parte del usuario.
Las importantes ventajas que ofrece este sistema:
- Servidor, todo se centra en el servidor, los clientes tienen “poca relevancia” en el sistema y sus necesidades son menores.
- Gestión de recursos, los recursos de los usuarios se administran en el servidor, evitando redundancia de la información.
- Seguridad, es mucho más seguro gracias a los mecanismos de autentificación.
- Crecimiento, permitiendo añadir o suprimir clientes sin perjudicar a la red.
Además de nuestro ERP, otros ejemplos de arquitectura cliente-servidor de este tipo de modelo son los servidores de correo, servidores de archivo o servidores web.
