A menudo leemos o escuchamos la palabra target.
Target, es un término inglés que traducido al castellano significa objetivo. Pero en el mundo empresarial la palabra target va mucho más allá.
El target de una empresa es su público objetivo, es decir, el perfil del potencial cliente al que queremos dirigirnos y por ello diseñamos una estrategia de mercado, centrada en cubrir sus deseos y necesidades, para lograr captarlo como cliente.
Para conocer nuestro target, es importante definir quiénes somos, qué ofrecemos, qué buscamos y qué queremos conseguir. Para ello será fundamental diseñar una estrategia de marketing.
Hay que ser consciente de que no todo vale para todos, por lo que hay que definir y diseñar de manera concisa cuál es nuestro target y centrar todos los esfuerzos en iniciativas de marketing para obtener una mayor rentabilidad de nuestra inversión.
Si bien es cierto, hoy en día disponemos de muchas herramientas que podrán ayudarnos en el conocimiento de estos datos, gracias a las analíticas de plataformas dentro del mundo digital.
Además debemos tener claro cuál es el segmento de target que queremos «atacar», para realizar las inversiones correctas en los diferentes soportes y así obtener una respuesta satisfactoria.
Muchas empresas han tenido que evolucionar y rediseñar estrategias para adaptar su target.
Demografía, edad, género, localización, perfil humano como clase social, nivel educativo, profesión, interacción en redes y demanda, son puntos clave para poder conocer la información de nuestro público real.
Y, por supuesto, nuestro target debe tener una respuesta positiva a nuestra estrategia, cualquier paso en falso puede dañar nuestra imagen y producir un efecto negativo.